Aquí os traigo un articulo escrito por una psicóloga, Violeta Alcocer, que me ha parecido muy interesante. Quien de nosotras no ha podido evitar la tentación en un momento dado de calificar a un niño con algún adjetivo. Pues este articulo nos hace reflexionar sobre ello y darnos cuenta que el respeto a la personalidad de cada uno es importante y como lo que podría parecernos algo negativo podemos convertirlo en algo positivo. Ayudandonos a tener otra percepción del peque, por supuesto más positiva y así mismo transmitiendole esa misma percepción positiva.
Durante el primer año,
los pequeños muestran muchos rasgos de su personalidad. La autoestima de los
niños dependerá de nuestros mensajes y opiniones sobre ellos.
Las etiquetas que ponemos
a los niños dependen en gran medida de cómo vemos las cosas los adultos y de
cómo las vivimos.
Tenemos en nuestras manos
todas las herramientas para cambiar el discurso y empezar a alimentar su autoestima en vez de
minarla.
¿Es un niño tímido?
Etiquetas: 'es un
soso', 'es un asocial','es muy parado'.
Un niño tímido es, en
realidad, un gran pensador. Un observador de la vida, un intelectual en
miniatura. Maestro de las pequeñas cosas y disciplinado como pocos, disfruta
con los placeres más sencillos de la vida. Huye de las multitudes, pero se
siente como pez en el agua cuando está entre los suyos. Muy cariñoso y prudente
en sus avances, solo muestra sus encantos cuando realmente se siente entre
amigos. Por eso, conquistar la sonrisa de un tímido tiene doble valor para el
que lo consigue, porque este pequeño no se deja seducir fácilmente: hay que
estar a la altura de su enorme corazón.
¿Travieso?
Etiquetas: 'no tiene
una idea buena', 'es un insensato'.
Este pequeñín es un
explorador nato, un valiente, un atrevido. Un niño que se come la vida a
bocados, una personita que sabe que asumir ciertos riesgos puede tener buenas
recompensas. Su creatividad es
desbordante y siempre sabrá ver en las cosas más sencillas las utilidades más
complicadas. Además su carácter es optimista y dicharachero.Disfrutará de todo
lo que la vida le ofrezca y tendrá gran facilidad para resolver problemas,
porque ideas no le van a faltar nunca.
¿Mimoso?
Etiquetas: 'Todo el
día pegado a las faldas de su madre', 'es un malcriado'.
La ternura, como los
manjares más delicados, se hizo para los que saben apreciar las cosas buenas de
la vida. Y estos pequeños son unos 'gourmets' de las emociones. Saben lo que es
mejor para ellos y no dudan en disfrutarlo a tope. Hogareños, familiares e
incondicionales a un buen regazo, son grandes conocedores del alma humana y sus
sutilezas. Si respetamos su gran necesidad de contacto, el día de mañana serán
adultos seguros de sí
mismos, amigos fieles, solidarios y empáticos.
¿Llorón?
Etiquetas: 'es un
pesado, llora para todo', 'todo el día quejándose'.
El don de la comunicación
solo es para unos pocos. Y estos niños son grandes comunicadores. Capaces ya de
albergar en su interior gran variedad de sentimientos, su limitado lenguaje aún no les
acompaña para expresarlos y los comunican con el llanto. Cuando aprendan a
hablar con soltura, estos pequeños no callarán ante nada y verbalizarán su
intensa vida interior y sus experiencias. Tienen suerte: desde el inicio de sus
días lucharon por expresarse y a su lado siempre hubo alguien dispuesto a
escucharles.
¿Un niño desobediente?
Etiquetas: 'es de la
piel de Barrabás', 'es un egoísta'.
Aquí tenemos a los niños
más incomprendidos e injustamente tratados. Son hipersensibles, muy
inteligentes y necesitados de atención. Tras sus 'maldades' se esconde una
criatura excepcional que necesita ser descubierta y acompañada, porque a menudo
se siente sola. Con su desobediencia expresa un deseo profundo de cuestionar lo
establecido y sus negativas nos invitan a reflexionar sobre la educación que le
estamos dando.
¿Caprichoso?
Etiquetas: 'es un
pelma, todo lo quiere y no sabe esperar', 'es un cascarrabias'.
Lo tiene claro y sabe
cómo, cuándo y dónde lo quiere. Con su determinación, un carácter de fuego y su
capacidad de perseverar en sus empeños, este niño se mueve por la vida con los
ojos bien atentos y un gran poder de discriminación. No le dan igual ocho que
ochenta y es un gran luchador. A este niño no le vale un no por respuesta, será
un gran negociador que no dudará en perseguir con tesón lo que considera bueno
para sí y para los suyos.
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