Una buena ventilación protege nuestra salud, ya que en casa se acumulan
sustancias alergénicas y vapores químicos (especialmente de los productos de limpieza) que permanecen en el ambiente si el aire no se renueva. Por no hablar del tema de las humedades que aparecen cuando no se airea suficientemente las estancias.
Solo hay que abrir las ventanas unos minutos cada día. En invierno debemos buscar
las horas más cálidas del día, ya que de esta manera evitaremos que nuestro
hogar se enfríe demasiado. Lo que nos obligaría posteriormente a encender la
calefacción con lo que tendríamos un gasto extra.
En verano es aconsejable hacerlo en las primeras horas de la mañana,
justamente por que es cuando menos calor hace, si lo hacemos más tarde nos
veremos obligados a tener que poner el aire acondicionado para refrescar la
casa.
También es importante abrir ventanas contrarias para que el ambiente se
renueve, entre aire limpio y salga el aire “cargado”
De esta forma podemos ahorrar en ambientadores artificiales, que enmascaran los malos olores, lo que siempre viene bien a nuestro bolsillo.
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