Hola os entrego un nuevo post, el último
de esta semana ya que el fin de semana estará dedicado a mi familia.
He pensado que tal como están las cosas,
el tema os podría resultar interesante aunque imagino que lo que voy a explicar
posiblemente ya lo conocíais.
El tema de ahorrar no deja de ser un algo
complicado pero a veces con pequeños gestos podemos obtener unos buenos
resultados. Veamos:
Con la lavadora.
Pon la lavadora en frío. Si lavas en frío ahorras, ya que casi un
90% de la energía que consume una lavadora es para calentar el agua. En la
mayoría de casos la ropa no está tan sucia. Un ciclo de lavado a 90ºC consume cuatro veces más
que uno a 40ºC .
Además, con agua fría la cal se incrusta menos.
Lava a carga completa. Economiza los recursos: pon a carga
completa tanto la lavadora como el lavaplatos. Si reduces a la mitad las veces
que pones estos electrodomésticos puedes ahorrar unos 125 € al año. Cuando lo
hagas a media carga, utiliza siempre los programas económicos.
Utiliza bien el frigorífico. Cada vez que abres el frigorífico desperficias un
7% de energía. Deja enfriar los alimentos antes de introducirlos en la nevera y
descongela los alimentos en ella, así aprovechas su frío. Tenlo lleno, pero con
espacio para que el aire circule entre los alimentos.
Temperatura y ubicación.Comprueba que tu frigorífico está ubicado en un
lugar fresco y ventilado alejado de las fuentes de calor. Fija la temperatura
de la zona de refrigerado a 5ºC
y del congelador a –18ºC. Por cada grado que bajes incrementas un 5% el consumo
de energía.
Congela o envasa al vacío. Usa el congelador para no desaprovechar nada. Si
cocinas de más congela las sobras por raciones. Indica siempre la fecha de
congelación y de qué se trata. También puedes envasar al vacío por raciones
semanales. Alargarás la vida de los alimentos hasta cinco veces.
Con la iluminación de la casa, usar mejor bombillas de bajo consumo y LED, gastan menos. Dejar los
electrodomésticos o el ordenador con el piloto encendido encarece la factura
eléctrica entre un 5 y un 16%. En lugar de apagarlos por el mando y dejarlos en
stand-by, enchúfalos a una regleta con interruptor. Así, con tan solo apagarla
los desactivas del todo.
Limpia bombillas y
pantallas.Conserva limpias las
bombillas, ya que la suciedad absorbe la luz y consume más electricidad para
lograr una determinada intensidad. Hazlo a menudo, siempre con la bombilla
apagada. Repite la misma operación con las pantallas de las lámparas.
Apaga el ordenador
Si no lo vas a utilizar
en media hora lo mejor es que lo apagues, ya que el disco duro no se desgasta.
Cuando se trate de intervalos cortos apaga la pantalla, que es lo que más
consume. Ten en cuenta que cuando se activa el modo ahorro de energía su
consumo se reduce al 15%.
Calefacción: para ahorrar en calefacción en invierno,
lo mejor es comprobar el aislamiento. Revisar que puertas y ventanas encajen
bien para que no se filtre el aire frío del exterior.
Temperatura de confort. Se estima que 20 ºC es la temperatura óptima para toda la casa. Por cada grado de más, el consumo se incrementa entre un 5 y un 10%. Por la noche y cuando no estés ponla a 15 ºC . Una buena graduación de la temperatura te puede ahorrar unos 100 € al año.
Y
cuando se abran las ventanas para ventilar con unos 10 minutos bastan.
Dejar
entrar la luz del sol. La casa se “calentará” de forma natural. Mientras haya
luz, es una buena idea subir las persianas y descorrer las cortinas.Y bájalas por la noche para
proteger la casa del frío. Puedes hacer lo mismo con las cortinas (cuanto más
gruesas mejor). Refuerza el aislamiento de las ventanas con burletes.
Si hay
estancias que apenas usas, no es necesario que gastes en calefacción en ellas.
Cierra las puertas, para que el calor se concentre en la parte de casa que
usas, y hasta cierra la llave de sus placas. Con este gesto puedes ahorrar
entre un 5 y un 8% de energía.
Aísla con alfombras. Sírvete de alfombras y moquetas para
mejorar el aislamiento de tu casa, ya que se estima que un buen aislamiento
puede representar entre un 20 y 40% menos de consumo. Las alfombras también te
ayudan a dar calidez a suelos “fríos” como los de mármol o porcelánicos.
Purga. Una caldera sucia de polvo o grasa consume más. No esperes a que se estropee para revisarla, ya que con un buen mantenimiento periódico no solo alargarás su vida, también reducirás la factura un 10%. Lo ideal es que la revises una vez al año al inicio de la temporada.
No tapes los radiadores
Su ubicación ideal es bajo las ventanas porque el aire que se filtra
ayuda a distribuir el calor. Sin embargo, evita tapar los con las cortinas u
otros objetos ya que entonces “trabajan” más para calentar lo mismo. En
consecuencia tampoco son recomendables los cubrerradiadores.
Horno. El horno es uno de los electrodomésticos
que más energía gasta, pero cocinar con él es muy saludable. Como el tiempo que
se tarda en alcanzar la temperatura de cocción es el mismo que se tarda en
bajarla, lo mejor es introducir el alimento con el horno ya caliente y lo
desconectamos de 5 a
10 minutos antes de finalizar la cocción para poder aprovechar el calor
residual y ahorrar energía. Esta misma técnica nos sirve para cuando cocinamos
ya sea con gas, vitrocerámica, etc.
Aprovecha el calor residual. Utilizar la olla exprés o cocinar al vapor, también reducen el
consumo y, además, es sano.
Plancha menos a menudo
Acumula ropa para planchar, ya que la plancha consume la mayor parte de
energía al calentarse, no al planchar. Lo mejor es planchar menos veces pero
mayor cantidad. Deja para el calor residual las prendas que no estén muy
arrugadas y solo quieras repasar.
Cuidado con la secadora
La secadora es uno de los electrodomésticos que más consume. Por ello,
utilízala lo menos posible, solo cuando no puedas tender la ropa, y no mezcles
tipos de ropa (como algodón con otra más pesada). Elige el ciclo “punto de
plancha”, que acaba antes.
Y a la hora de comprar, algunos consejos:
Revisa tu despensa
No la llenes en exceso y controla periódicamente las fechas de caducidad.
Coloca delante lo que caduca antes y asegúrate de que cuentas con alimentos
esenciales (harina, arroz, pasta, legumbres…). Son económicos y fáciles de
combinar para comer sano y bien.
Haz una lista de tus necesidades
Es lo mejor para no llenar el carro de cosas que ya tienes y ni olvidarte
lo que realmente necesitas. Para elaborarla deberás decidir de antemano el menú
semanal. Si no sabes lo que vas a cocinar no sabes lo que necesitas. Antes de
salir de casa, revísala.
Fija un presupuesto
No se trata de ir sumando uno a uno los productos del carro, pero sí de no
sobrepasar una cantidad aproximada. De este modo, primarás lo que realmente
necesitas y dejarás lo superfluo solo si tienes presupuesto para ello. No está
de más que anotes los gastos mes
a mes.
Mejor en un buen horario
Si puede ser, evita la hora punta. Ponte un límite de tiempo, ya que está
comprobado que cuanto más rato se pasa en un supermercado más se compra. Evita
ir con hambre.
Compara precios
Compara precios entre los establecimientos porque puedes llegar a ahorrar
hasta 200 euros con respecto al año anterior. Entrar en la primer tienda sin
cotejar precios incrementa el gasto un 40%.
Cuidado con las ofertas
Guíate por los precios, no por las ofertas, ya que a veces los productos en
oferta son más caros que otros de su misma gama. En productos que siempre usas
puedes aprovechar las promociones de 3 x 2 (calcula el precio real que pagas
por unidad para saber si te sale a cuenta).
Productos de temporada
Los productos de temporada son más económicos (hasta un 15%) y conservan
sus propiedades nutritivas. Procura evitar los productos exóticos y apuesta por
la producción local. Si quieres saber qué está de temporada puedes consultar:www.ocu.org/fruta-verdura.
Envasados y precocinados
Limita el consumo de productos envasados y precocinados (menos saludables,
son un 30% más caros). Destina un día a cocinar y congelar y ganarás dinero y
salud. Planifica menús en los que aproveches las sobras de fruta y verdura,
como tortillas, ensaladas o arroz.
Solo la cantidad justa
No compres fruta y verdura en envases más grandes de la cantidad que
realmente necesitas. Así, no solo reduces los plásticos, también evitas que la
fruta se estropee y puedes elegir una a una las piezas. Fíjate siempre en el
precio por kilo, no por unidad (es engañoso).
No caigas en 'trampas'
Solo el 45% de las compras responden a una necesidad real. Por ello, no te
dejes “engañar” por estrategias como colocar lo que interesa vender en los
estantes más a la vista, los caprichos junto a las cajas o los productos
accesorios de camino a los de primera necesidad.
Buen fin de semana
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